Alquimizar el dolor
Sostener el dolor lejos está de ser transmutado.
Sostenerlo estoicamente a fuerza de voluntad trae muchas consecuencias.
Hacer contacto con mi capacidad de alquimia me ha permitido sumergirme en el oscuro infinito una y otra vez.
Aceptarlo mientras suelto y me entrego a esa profunda caída me permite experimentar la levitaciòn.
Ese instante en el que me rindo y el tiempo se detiene.
Ese instante donde puedo ser consciente del todo y la nada.
Donde vuelvo a iniciar un nuevo espiral.
Sostener en cambio se convierte en un dolor crònico, y ha dolido más que dejarme morir cada tanto.
Ha dolido en mi cuerpo y me mantuvo atada al sufrimiento como algo natural.
Es demasiado costoso, la energía vital se desvanece, se apaga.
Es allì donde el dolor se convierte en combustible y retroalimentaciòn del sostèn.
En ese lugar se necesita del dolor, del drama y del sufrimiento para mantener la estructura.
Romper esa homeostasis tan disfuncional fue hacer consciente todo el dolor que sostenìa, incluso darle lugar a la parálisis.
El miedo y la resistencia aparecen siempre previamente a este acto pero ahora sè que el beneficio de atravesar esta ruptura es inversamente proporcional al costo que tiene enfundar mi alma en la supervivencia.